domingo, 1 de mayo de 2011

Vicisitudes de un hombre perdido intelectualmente

Tontería escrita en 3 minutos y poco. Para Julia, que me acompaña en mis cavilaciones a las 3:33 de la mañana (más bien le acompaño yo, pero bueno, para algo el blog es mío, já).

Vicisitudes de un hombre perdido intelectualmente

El señor X era un apasionado de la metafísica. ¡Ah, todos los Aristóteles, los Santos Tomases de Aquinos, los Platons, los...bueno, en fin, se hacen a la idea. Pero el problema del señor X era justamente ese, que era un apasionado de la metafísica. Ya no. Ahora ese "gran ejercicio de la mente" que evocaba, ese "triunfo de la razón para alumbrar el alma"...ahora todo eso le daba igual. Y el señor X se sentía vacío, por supuesto, porque ya se figurarán ustedes, que un hombre sin interés por la metafísica...Bueno, en realidad no pasaba gran cosa, el único detalle que diferenciaba a los hombre interesados en la metafísica de los que pasaban del tema era que éstos tendían a comprar un 65% más de pan integral, que es mejor para la figura del superyo. Pero al señor X sí le parecía gran cosa, eso de no importarle algo tan importante, ¡de tanta importancia! Lo bueno es que así tuvo tiempo para interesarse por su verdadera pasión oculta, su media naranja en términos de hobbys, aficiones o como lo quiera llamar usted: El ballet. Y aparte de la belleza, de los tutús y los saltos con esos zapatitos que casi ni tenían suela, el señor X adoraba el ballet sobre la metafísica por una razón en particular. Cuando le preguntaban cuál era, él contestaba sencillamente que <<Al menos todo el mundo estaba de acuerdo en que el ballet existía>>