miércoles, 22 de junio de 2011

Círculos

Atentos, voy a escribir en primera persona.

Hace poco, he estado en la jubilación de veintitrés profesores. Veintitrés futuros jubilados. Veintitrés, que ya podrían ser 400, se iban de mi instituto del alma, el Ramiro de Maeztu. Y yo también.

Un amigo me dijo que era un coñazo todo esto de acabar proyectos, etapas, metas y sueños. Yo le dije que sí, que ya le podían dar por culo a Frost, a Machado, a eso de que la vida es un camino, por cierto que sea. Pero, qué coño, yo también me pongo sentimental de vez en cuando; y toca cerrar círculos.

El verano; esa tirita inmensa, ese sello y conclusión de cada año, llega, una vez más, arrollando. Y ante él es difícil no ponerse un poco tonto de vez en cuando.

Un poco tonto, sí; y ante ese montón de dinosaurios jubilándose, pronunciando sus últimas palabras en calidad de profesores, directores, jefes de estudios... y pensando, yo también, que se pone el fin a una etapa, aunque empiece otra...¿quién puede evitar dudar si somos nosotros niños hablando como ancianos, o si son ellos los ancianos hablando como niños?

Fin de pista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario