lunes, 3 de octubre de 2011

Un día

Apenas quedaba rastro de la ondas en el agua; cuanto más grandes se hacían, menos visibles eran. Federico recogió el resto de las piedras de un solo puñado y las tiró todas al río a la vez. Se dió la vuelta y miró a quien le miraba a él. María, 21 años de edad, expresión interrogante y sonrisa irresistible. <<Joder>>, se dijo. Estaba in love.

El resto de la tarde lo pasaron en casa de ella. No hacían mucho, no hablaban demasiado (excepto en raros brotes donde no hacían más que interrumpirse, reírse y mirarse con ternura), pero se encontraban bien. Felices. Juntos.

Intentaron hacer tortitas para merendar, pero al final solo hicieron tortita y media. El resto de los ingredientes los gastaron en:
-comérselos crudos.
-hacer el imbécil.
-pintarse la cara el uno al otro, con enfados de mentira y carcajadas de verdad.

A diferencia del Sol, ellos no decaían. Y cuando por fin llegó la noche, se pusieron a ver una película, acurrucados, con el volumen muy bajito. No se enteraban de mucho, y tampoco pensaban en nada en especial. Pero se encontraban felices. Juntos. En paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario